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Somos agua

01-01-2011

Alicia Dellepiane 
Para D&D

"El estanque es el ojo mismo del paisaje, el reflejo sobre las aguas es la primera visión que el universo tiene de sí mismo".
Gastón Bachelard


Somos agua. Hace mil años una frase quedó grabada a fuego en mí, aunque no recuerdo su origen: no sabemos si estamos destinados a ser rio caudaloso o la humilde gota de agua que cae en el desierto en la planta desconocida. 

Podemos pensarnos como agua. El origen de la vida en el planeta Tierra comenzó en el agua, y en nuestra historia filogenética descendemos de los peces. Tomamos forma humana en el agua maternal del útero. El cuerpo de los bebes antes de nacer tiene un ochenta por ciento de agua, la proporción desciende al setenta y cinco cuando sale al mundo y ya adulto se convierte en el sesenta por ciento de su peso y volumen. 

En el lenguaje de los sueños el agua simboliza lo femenino y lo maternal. Se dice que las ninfas -personajes de distintas cualidades de conciencia que surgen de las profundidades del alma- habitan en el agua. Y las sirenas -mitad mujer y mitad pez- son el símbolo de la integración que disuelve las barreras entre la experiencia conciente y la inconciente. 

El agua limpia, purifica y renueva. Es vital: "Con el deseo que siento en las venas, conozco el deseante murmullo del agua", dice Emile Zola. Es la frescura sustantivada al lavarnos las manos en un arroyo o al poner los pies en el lago. También se hace oír: "las aguas que ríen, los arroyos irónicos, las cascadas ruidosamente alegres", señalaba Bachelard. Y llora con nosotros: "cuando el corazón está triste, toda el agua del mundo se transforma en lágrimas", nos describe el filósofo. Y cuando aceptamos sumergirnos, nos lleva a bucear en las profundidades. 

El agua es el símbolo de la sabiduría taoísta: no ofrece resistencia, fluye y rellena todos los lugares por los que pasa. Es libre y no tiene ataduras. No retrocede ante ningún sitio peligroso, ante ninguna caída, y nada le hace perder su índole esencial. Siempre permanece leal a sí misma. Es flexible, y de ahí su vitalidad y carácter eterno, ya que la rigidez es indicadora de muerte. Y agregaría: el agua no tiene cicatrices. 

¿Y que sería de la idea de la pureza si no existiera la imagen del agua límpida y clara? El agua muestra una moral natural. 

Para el ayurveda, el agua es el aspecto de la mente que nos permite imaginar, planificar y construir la realidad. Es la base del deseo, la motivación y la acción en el mundo externo. Da cohesión y estabilidad. 

Su capacidad generativa se muestra en la lluvia que llega desde el cielo y se pone en movimiento sobre la tierra en ríos, correntadas, y origina toda la vida sobre la tierra. Cuando surge de una grieta en las rocas es un signo del espíritu entrando al mundo. Despierta la fertilidad en la tierra y acelera la germinación de las semillas. 

El agua -en el baño ritual, en el bautismo y hasta en la ducha cotidiana- borra toda infracción y toda mancha, borra toda la historia, y restablece al ser en un nuevo estado. Permite un retorno a la inocencia, y es un medio de restaurar la salud física y emocional. La inmersión es una fase pasajera de desintegración y regeneración. En esa vuelta a la fuente, se recupera un inmenso depósito de potencial. Son muchas las personas que tienen sus mejores ideas bajo el agua, y éste puede ser el lugar del cual extraer una fuerza nueva, o un cotidiano renacimiento. 

El castigo está a veces representado por la aridez: "harán de su pueblo un desierto", amenaza Yahve en el Antiguo Testamento. Y la bendición es su opuesto: "surgirá agua en el desierto", "el país de la sed se convertirá en manantiales". También son una bendición las dulces lágrimas del amor y la alegría . 

Cuando el agua surge de la boca de las esculturas, significa el despertar de los poderes del conocimiento y el lenguaje. Se dice que en el corazón del sabio reside el agua, que él es como el pozo o la fuente, y que sus palabras tienen la forma de un torrente. A la vez, un hombre sin sabiduría en su corazón es comparable a un vaso roto, que deja escapar el conocimiento. 

Para los chinos el agua es símbolo de riqueza. En nuestro lenguaje habitual el dinero es líquido. Se habla de liquidez, flujo de caja, iliquidez, estar líquido, liquidación, precios congelados. Gastar indiscriminadamente es que al agua se escurra de entre las manos. Aferrarse a las posesiones materiales a toda costa, sin dar y recibir, es como dejar agua estancada. 

Si en una persona la cualidad agua se manifiesta en la articulación fluida de su pensamiento, palabras y acciones, y en lo emocional es no quedarse estancado en el apego; si en lo material es dar y recibir con naturalidad, ¿cómo será la casa con calidad agua? 

Ya sea como fuente de vida, como medio de purificación, o como símbolo de riqueza; las aguas, masa indiferenciada, representan la infinitud de lo posible. Somos agua. 



Por Alicia Dellepiane
 D&D 57